miércoles, 28 de octubre de 2009

Andrea Testimonio de una joven de la Casita

Mi nombre es Andrea, este año cumplo 20 años, vivo en Bogotá y estoy estudiando en la Universidad de los Andes. Cuando tenía dos meses mi vida cambio! Gracias a la Casita de Nicolás, fui adoptada un diciembre por los mejores padres que alguien puede tener. Par mí son como dos Ángeles que Dios me mandó especialmente para mí desde el cielo, Dios sabe como hace las cosas. Muchas veces me he preguntado ¿si no hubiera sido adoptada dónde estaría en este momento?¿cómo sería mi vida?. Seguramente no estaría como estoy ahora, probablemente ni estaría estudiando, pero bueno lo importante es que soy muy afortunada. Puedo decir que los niños que somos dados en dopción nacemos con una gigantesca estrella, porque ser hijos de corazón es lo más grande del mundo y me siento orgullosa de ser adoptada y nunca me ha dado pena aceptarlo. Tengo una familia, un hermano de 14 años que también es de la Casita y al que amo profundamente con el corazón y con mi alma.

Cuando me entero de alguien que va adoptar o que tiene hijos adoptados me dan unas ganas gigantes de abrazar a la pareja y decirles lo feliz que me hace saber que ellos también al igual que mis papás tienen un corazón grande! Cuando voy a Medellín donde tengo mucha familia no dejo de visitar a la Casita y cuando veo a todos los niños siento que son como mis hermanos y cada día pienso en todos ellos y en lo felices que van a ser cuando una familia les entregue el corazón.

Cuando cumplí 18 años fui a Medellín y visité a la Casita y hablé con Claudia y le dije que quería saber sobre mi madre biológica a la cual siempre he AMADO PROFUNDAMENTE. Algunas veces pensé que la quería conocer. La quería tener una sola vez en frente mío y decirle: no te odcio, te amo por que tu me salvaste la vida y tu acto de darme en adopción fue el más lindo y me demostró que no fuiste una persona egoísta, gracias por pensar en mí y por respetarme el derecho de vivir. Pero en la Casita me hicieron pensar en ella, y me dijeron que pensara bien las cosas y las consecuencias que eso podía traer sobre todo para ella, debe ser duro que después de 19 años aparezca la hija que un día dió en adopción, yo no sé qué tan difícil pudo haber sido para ella y ahora me toca a mí no ser egoísta, y conformarme con la información que la Casita me entregó ese día.

Recuerdo estár sentada en una oficina de la Casita esperando que trajeran mi historia que estaba en el archivo. Fueron los 5 minutos más largos de mi vida, había llegado, en pocos segundos me iba a enterar de la razón que mi madre biológica tuvo. Cuando entró la psicóloga la vi con un sobre de manila en la mano y con un nombre que decía "Viviana" y recuerdo que le dije que esa no era yo que mi nombre era Andrea , y ella me dijo: sí pero ese fue el nombre con el que estás registrada, con el que entraste a la Casita. Abrí el sobre y había una declaración de ella, y nunca se me va a olvidar lo que decía. Mi madre biológica en ese pedazo de hoja vieja y amarillenta decía que me estaba entregando en adopción por que no podía tenerme, ella tenía 20 años solamente y que el padre no quería responder, que estaba mal económicamente y que ella sabía que yo iba tener un mejor futuro con otra familia que me brindaría mucho amor y un hogar, y recuerdo que la final ella le pedía a la Casita que por favor no durara yo mucho en la Casita porque ella quería que yo desde bebé recibierael amor de una familia! Y fue entonces donde supe que en realidad fue un gesto de amor y que yo no estaba equivocada, yo siempre desde niños supe que ella era una buena persona.Sé que Dios la está cuidando por mi, eso espero.

Gracias a ella y a la Casita ahora vivo feliz (siempre he sido una persona feliz) y desde muy niña recibí de mis padres el más puro e incondicional amor. Les agradezco a mis padres haberme contado desde muy niña, es más, ni me acuerdo cómo me lo contaron, sólo sé que crecí sabiendo la verdad.

Ser adoptada no sólo me puso en el camino la mejor familia, sino que también es la razón de mi carrera. En el futuro me gustaría fundar una Casita de adopción y brindarle a muchos niños lo que la Casita me brindó a mí. Estoy en deuda con la vida y con Dios. En este momento por ejemplo estoy prestando voluntariado en "CRAN", Centro de Rehabilitación y Adopción del Niños, acá en Bogotá, empecé hace 2 semanas. Voy de lunes a miércoles y estoy con los niños de 1 a 3 años dándoles todo el amor que en este momento les falta y puedo ver en sus miradas que van a ser niños muy felices y afortunados cuando una familia los aodpte.

Gracias a los que trabajan duro y entregan su alma y corazón a la Casita de Nicolás. Siempre los llevo en mi mente y en mi corazón. Los amo y me mantendré en contacto.

Andrea (hija de la Casita)
http://www.proadopcion.org/testimonio.htm

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Los únicos goces puros y sin mezcla de tristeza que le han sido dados sobre la tierra al hombre, son los goces de familia.

Giuseppe Mazzini.

Un saludo grato para todos los niños de La casita de Nicolas.

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